El Opeño
Es un yacimiento
arqueológico que se localiza en Jacona de Plancarte, un municipio del estado
mexicano de Michoacán enclavado en el Valle de Zamora. Da su nombre a una
cultura precolombina conocida especialmente por los materiales de cerámica
encontrados en los complejos funerarios de la zona, mismos que han sido
fechados en el Preclásico Tardío de Mesoamérica. La importancia de El Opeño en
la arqueología mesoamericana radica en su antigüedad y en la amplia difusión de
su estilo, contemporáneo de otros desarrollos culturales indígenas como la
cultura Capacha y anterior a la cultura de Chupícuaro que se desarrolló en el
Bajío. Las tumbas de El Opeño son las más antiguas de Mesoamérica. Han sido
fechadas alrededor del siglo XVI a. C., por lo que anteceden el desarrollo de
la cultura olmeca, que tuvo sus centros principales en la costa del golfo de
México y floreció unos siglos más tarde. Los descubrimientos de El Opeño fueron
un hito que permitió poner en tela de juicio el carácter que se atrubuía a los
portadores de la cultura olmeca como los fundadores de Mesoamérica.
En torno a la necrópolis de El Opeño no se ha encontrado ningún resto
material de las poblaciones de los constructores de las tumbas. Esto motivó que
se les representara como un pueblo que se encontraba en la transición hacia el
sedentarismo agrícola que caracterizó a las sociedades urbanas de Mesoamérica
en el Preclásico Medio. Sin embargo, el análisis de los materiales
arqueológicos encontrados en las tumbas —tanto los restos óseos de sus
ocupantes como las ofrendas con que fueron enterrados— muestra que los
constructores de las tumbas de El Opeño fueron miembros de un pueblo claramente
sedentario, con una elevada estratificación social que se refleja en las
diferencias entre los bienes ofrendados a los muertos.
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