miércoles, 12 de septiembre de 2012

                                          Purepechas


La cultura tarasca o purépecha es una cultura precolombina de México que floreció principalmente en la región oriental del estado de Michoacán. La cultura se inició aproximadamente en el año 1200 d.C. y su esplendor terminó hacia el año 1600. Su gobierno era monárquico y teocrático. Como la mayoría de las culturas prehispánicas, eran politeístas. El calificativo "tarasco" es un epónimo considerado despectivo por los modernos descendientes de las poblaciones que conformaron esta cultura, que se autodenominan P'urhépechas.

Se dedicaban a la alfarería, escultura, arquitectura, pintura, orfebrería y notablemente la pesca fue y sigue siendo una actividad primordial para los purépechas.También eran los únicos que manejaban el bronce por lo que era uno de sus secretos.

Los tarascos eran politeístas, su dios principal era Curicaveri (el que surge del fuego), sin embargo también era la deidad principal de recolectores, cazadores y de la guerra. También destacan:
  • Curicaueri (el gran fuego): Dios del fuego. Se le considera la deidad más antigua de los tarascos.
  • Cuerauáperi o Kuerajperi: La que desata el viento, es esposa de Curicaueri, representa a la Luna, es a la vez madre y padre de todos los dioses. Deidad relacionada con la tierra y la lluvia, pues se le consideraba como la productora de las nubes, la auxiliaban cuatro deidades más, que eran sus hijas: Nube Roja, Nube Blanca, Nube Amarilla y Nube Negra.
  • Xarátanga: La que aparece en todas y diversas partes, es una advocación de la Luna o Cuerauáperi, señora o madre luna o luna nueva.
  • Pehuame: La parturienta, es otra advocación de Cuerauáperi o de la Luna madre. Es la deidad del parto y esposa del Sol. Su principal centro de culto estaba en Tzacapu.
  • Nana Cutzi: La madre encorvada, actualmente los tarascos o purépechas utilizando el nombre para referirse a la Luna.
  • Tata Jurhiata: El padre sol, nombre que en la actualidad los indígenas michoacanos dan al sol como elemento natural y no deidad.

A la máxima autoridad se le denominaba "Cazonci" o "Irecha". Destacan algunos gobernantes:
Iretiticátame: decidió que la cultura se establecería en el actual estado de Michoacán, México.
Tariácuri: fundador del reino Purépecha.
Zuanga: al enterarse del desarrollo de la Conquista de Tenochtitlan, recibió embajadores de paz enviados por el huey tlatoani Cuitláhuac. Envió a sus propios emisarios para evaluar la situación y prefirió mantenerse al margen, negando a Cuitláhuac la ayuda solicitada. Murió debido a la epidemia de viruela, poco antes de que llegaran los españoles a la Meseta Tarasca.
Tangáxoan Tzíntzicha: hijo de Zuanga, último cazonci Purépecha. Recibió nuevas peticiones de ayuda por parte de Cuauhtémoc, pues Cuitláhuac, al igual que su padre, había muerto a causa de la viruela. La negativa del nuevo cazonci fue contundente pues mando matar a los emisarios mexicas Emisarios purépechas fueron enviados para negociar la paz con Hernán Cortés en Coyoacán. El conquistador español hizo alarde con la artillería para impresionar a los purépechas. Tangáxoan Tzíntzicha preririó recibir a Cristóbal de Olid de forma pacífica el 25 de junio de 1522. Después de casi ocho años de convivencia con los españoles, la paz fue quebrantada por Nuño de Guzmán, quién en busca de riquezas, asesinó a Tangáxoan provocando la sublevación de los purépechas.

                                                              COMALA

Después del municipio de Colima (capital del Estado), es Comala el municipio que tiene la más diversa oferta cultural en cuanto a espacios y propuestas; ésta se encuentra a disposición de los habitantes del municipio, pero son sobre todo turistas (nacionales y extranjeros) quienes más la aprecian, aprovechan y disfrutan.
  • Jardín principal, presidencia municipal y portales aledaños; Parroquia de San Miguel del Espíritu Santo. Espacios públicos recientemente remozados con el proyecto “Pueblo mágico”, así como con organización clérico-civil (para la parroquia); en ambos casos se llevó a cabo bajo la coordinación y asesoría del INAH estatal para preservar el estilo decimonónico de la arquitectura del corazón de Comala. Mural en la presidencia municipal de artistas locales. Casa de la Cultura de Comala. Alberga una biblioteca pública, un auditorio de usos múltiples, un taller de danza y el museo “Alberto Isaac”, que presenta una colección permanente de pinturas, grabados, esculturas, cerámicas y cartones realizados en vida por este prolífico artista; también contiene carteles originales de algunas de sus películas que filmó en Comala, como fueron: Los días del amor, El rincón de las vírgenes, Tiempo de lobos y Mujeres insumisas
  • Centro Cultural Nogueras-Museo “Alejandro Rangel Hidalgo”. Pertenece a la Universidad de Colima y se encuentran ubicado en la comunidad de Nogueras, a 5 minutos del centro de Comala; alberga en sus instalaciones aulas para cursos y talleres, salas de exposiciones; destaca en el museo la sala de cerámica prehispánica (única en su género dentro de un museo), las exposiciones permanentes del trabajo artístico de Alejandro Rangel Hidalgo y el Eco-Parque Nogueras.
  • Jardín escultórico “Juan Soriano”. Ubicado a un costado del paraje conocido como La Parotera (en la entrada a Comala); se exhiben al aire libre y de manera permanente, piezas escultóricas de artistas locales, nacionales e internacionales. Destaca entre ellas “Pájaro sobre ola”, del escultor Juan Soriano, quien la donó y que motivara precisamente la creación de este espacio. En la zona rural del municipio, se encuentran los siguientes espacios culturales: Museo comunitario La Caja. Coordinado por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado y el ejido del mismo nombre; busca preservar la vocación agrícola de la región.
  • Museo de sitio “El Remate: donde se hizo la luz”. Coordinado también por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado, la Universidad de Colima y Comisión Federal de Electricidad; ubicado en la parte de lo que fue el cuarto de máquinas de la primera planta hidroeléctrica del estado y otra en el área de estanques. Paso eco-turístico. Centro Cultural Zacualpan. Igualmente coordinado por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado; pretende conservar las raíces culturales e imagen étnicos– populares de la comunidad indígena de Zacualpan (actualmente desmantelado debido al sismo del 21 de enero de 2003).
  • Museo comunitario de Suchitlán. Coordinado también por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado y el ejido del lugar; intenta rescatar la cultura popular y las artesanías típicas de la región (actualmente desmantelado).



                                                                    CAPACHA

Con el nombre de cultura Capacha se conoce un complejo arqueológico de Colima, en el Occidente de Mesoamérica. La cultura Capacha fue la primera con rasgos complejos que se desarrolló en la región, aproximadamente entre los años 2000 a. C. y 1200 a. C. Fue estudiada y descubierta por Isabel Trusdell-Kelly, arqueóloga estadounidense que realizó excavaciones en la zona de Colima en el año de 1939. Las semejanzas entre las piezas de esta cultura y la cerámica contemporánea de la región de Ecuador apuntan a que hubo alguna relación muy temprana entre el Occidente de mesoamericano y las culturas andinas.
Capacha fue contemporánea de otros desarrollos culturales importantes de Mesoamérica, como El Opeño, en Michoacán, y la primera fase de Tlatilco, en el valle de México. La extensión geográfica de las piezas de cerámica Capacha abarca toda la costa del océano Pacífico, entre los estados mexicanos de Sinaloa, en el norte, y Guerrero, en el sur. Especialmente importantes son los entierros descubiertos por Gordon F. Ekholm en Guasave, Sinaloa.





El Opeño
Es un yacimiento arqueológico que se localiza en Jacona de Plancarte, un municipio del estado mexicano de Michoacán enclavado en el Valle de Zamora. Da su nombre a una cultura precolombina conocida especialmente por los materiales de cerámica encontrados en los complejos funerarios de la zona, mismos que han sido fechados en el Preclásico Tardío de Mesoamérica. La importancia de El Opeño en la arqueología mesoamericana radica en su antigüedad y en la amplia difusión de su estilo, contemporáneo de otros desarrollos culturales indígenas como la cultura Capacha y anterior a la cultura de Chupícuaro que se desarrolló en el Bajío. Las tumbas de El Opeño son las más antiguas de Mesoamérica. Han sido fechadas alrededor del siglo XVI a. C., por lo que anteceden el desarrollo de la cultura olmeca, que tuvo sus centros principales en la costa del golfo de México y floreció unos siglos más tarde. Los descubrimientos de El Opeño fueron un hito que permitió poner en tela de juicio el carácter que se atrubuía a los portadores de la cultura olmeca como los fundadores de Mesoamérica.
En torno a la necrópolis de El Opeño no se ha encontrado ningún resto material de las poblaciones de los constructores de las tumbas. Esto motivó que se les representara como un pueblo que se encontraba en la transición hacia el sedentarismo agrícola que caracterizó a las sociedades urbanas de Mesoamérica en el Preclásico Medio. Sin embargo, el análisis de los materiales arqueológicos encontrados en las tumbas —tanto los restos óseos de sus ocupantes como las ofrendas con que fueron enterrados— muestra que los constructores de las tumbas de El Opeño fueron miembros de un pueblo claramente sedentario, con una elevada estratificación social que se refleja en las diferencias entre los bienes ofrendados a los muertos.
 
 
Los Guachimontones


Guachimontones (o Huachimontones) es el nombre de un centro ceremonial y antiguo asentamiento prehispánico ubicado en la ciudad y municipio de Teuchitlán, aproximadamente a una hora al oeste de la ciudad de Guadalajara en el estado de Jalisco. Este asentamiento fue bautizado así por el nombre del lugar donde se descubrió este primer sitio arqueológico, posteriormente se han descubierto otros asentamientos de la misma Tradición Teuchitlán,1 una compleja sociedad que probablemente existió desde 300 a.C. hasta 900 d.C.
 
Este centro ceremonial incluye varias construcciones con un estilo arquitectónico peculiar, entre ellas varios túmulos cónicos escalonados o pirámides rodeadas de patios circulares, dos juegos de pelota, un anfiteatro y algunas terrazas y edificios.
 
La palabra Teuchitlán se deriva de la voz Teotzitlán o Teutzitlán que se interpreta como “lugar dedicado a la divinidad”, “lugar del dios Tenoch” o “lugar dedicado al dios reverenciado”.
Posiblemente la fundación del poblado se remonta a los aztecas que lo erigieron en un cerro denominado Huachimontón, al norte de su actual asiento.2 Fue fundado por integrantes de las tribus Nahuatlacas que colonizaron el centro de México en el periodo postclásico, sin embargo se sabe que las construcciones vecinas a Teuchitlán son anteriores a tal colonización. La cultura creadora de las construcciones en Guachimontones recibe el nombre de Tradición Teuchitlán, y tuvo su período de apogeo entre los años 200 y 400 d. C, desapareciendo hacia el año 900 d. C., posiblemente antes del arribo de los colonizadores náhuatl.

 


 
Teuchitlán fue un cacicazgo dependiente del señorío de Etzatlán y lo habitaban las tribus de los tecos.
 
 
El estilo arquitectónico particular de este asentamiento recibe el nombre de Guachimontón, y se asigna a los túmulos y estructuras hechos de niveles circulares escalonados. Se cree que tales estructuras, en el caso particular del asentamiento en Teuchitlán, eran utilizadas para ceremonias en honor al dios del viento Ehécatl, y que incluían un análogo del juego del volador,1 donde un sacerdote subía a un poste elevado para rendir honores a la divinidad. Poste que se colocaba en la cima de los túmulos.
Se desconoce quién bautizó a este sitio como "Los Guachimontones". Se cree que Guaje proviene de la palabra náhuatl “Huaxe” que combinándola con la palabra “montón” que es de origen castellano, se podría traducir entonces como "montón de guajes", ya que en la zona abundan los árboles de dicha especie (Leucaena leucocephala).
El sitio fue descubierto en 1970 y su investigación empezó en 1996. Sin embargo, pese a la poca investigación y conocimiento del sitio, se conoce importante información acerca del sitio, gracias al trabajo del investigador Phil Weigand, su esposa Arcelia García y equipo de investigación. Se propone el auge de esta ciudad entre los años 200 y 400 d.C. y su caída hacia el 900 d.C, aunque se sabe que su antigüedad es de más de 2 mil años.
El sitio actual abarca 19 hectáreas, aunque se estima que durante su apogeo tenía 24 mil, y que fue habitado por alrededor de 40 mil personas.
Como en muchos otros sitios del continente, es un común denominador, por ejemplo en Calixtlahuaca5 y en Tiahuanaco, Bolivia.6 las construcciones de Guachimontones4 han tenido maltratos a lo largo de los años, piedras de las ruinas se han usado para empedrar calles y levantar casas en el pueblo.
 
 
  

Teuchitlan

Teuchitlán se deriva de la voz Teotzitlán o Teutzitlán que se interpreta como “lugar dedicado a la divinidad”, “lugar del dios Tenoch” o “lugar dedicado al dios reverenciado”.
 
Vista panorámica de la población de Teuchitlán, Jal.
La fundación del poblado se remonta a los aztecas que lo erigieron en un cerro denominado Huachimontón, al norte de su actual asiento.
 
Fue cacicazgo dependiente del señorío de Etzatlán y lo habitaban las tribus de los tecos. Siendo conquistado en 1524 por Francisco Cortés de San Buenaventura.
En 1530, Nuño de Guzmán conquistó esta región de paso a Etzatlán. El virrey D. Antonio de Mendoza pasó por el poblado, en 1541, cuando vino a pacificar a los indígenas sublevados del Miztón.
 
El río que lleva el nombre del poblado marcó los linderos entre la Nueva Galicia, y la Nueva España.
En 1825 Teuchitlán era un pueblo con ayuntamiento y comprendía las siguientes haciendas y ranchos: Las Fuentes, Estanzuela, Labor, Paso de Flores y Laja. Desde esa misma fecha también perteneció al 5º Cantón de Etzatlán hasta 1872 en que pasa a depender del 12º Cantón de Tequila.
 
  
Acueducto en Teuchitlán, Jal.
 
 
Arqueología subacuática

TUMBAS DE TIRO.


En el antiguo Occidente de México los ancestros tuvieron una importancia fundamental en el devenir de los vivos y en su concepción del tiempo y del espacio. Un conglomerado de prácticas y diversas formas de arte testimonian esta cosmovisión, compartida durante más de dos milenios por los pueblos portadores de la tradición de tumbas de tiro.



se ubica entre 300 a.C. y 600 d.C.

 

abarcó la mitad meridional de Nayarit, Jalisco, Colima y zonas colindantes de Zacatecas y de Michoacán.
 



Éstas constituyen un tipo peculiar de arquitectura en donde los difuntos de la sociedad en su conjunto fueron depositados en compañía de variadas ofrendas, entre las que se encuentran espléndidas esculturas de estilo naturalista y vasijas cerámicas que figuran una composición geométrica del universo. En términos básicos, una tumba de tiro consiste en un pozo o tiro vertical en cuya base se abre una cámara, un lugar con techo abovedado y piso plano, en donde los muertos y sus ajuares usualmente no eran cubiertos con tierra o piedras, es decir se conservaba el espacio hueco, mientras que el tiro era rellenado y la entrada a la cámara bloqueada con lajas de piedra, ollas o metates.

 


Se trata de una arquitectura subterránea, y uno más de sus rasgos distintivos es que la tarea constructiva consistió en desbastar el tepetate, una capa de consistencia sólida compuesta por toba volcánica, de modo que, en general, no se emplearon lajas o piedras para hacer las paredes y bóvedas, sino que el mismo subsuelo quedó expuesto en los espacios cavados en el interior de la tierra, a veces a una gran profundidad. 













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